Me presento

Soy Cris Odriozola, cocinera por vocación y amante desde siempre del producto. Creo firmemente en el sabor que aporta lo intangible y sostengo, que no hay mejor forma para que las cosas sepan bien, que cocinarlo todo con pasión y siendo consciente de todas las personas que hay implicadas en el proceso, para que ese día tú puedas contar con aquel producto que has escogido.
Soy fiel defensora del producto local y de temporada,
Creo situaciones y experiencias gastronómicas porque me encanta compartir mis pensamientos y filosofía de vida con el mundo utilizando siempre la cocina y su poder como canal de comunicación.
Para mí cocinar es libertad, es permitirse no encorsetarse y hacer y deshacer a tu gusto y antojo. Es reinventarse y arriesgar. Es probar y modificar. Es compartir tu mejor versión. Pero, sin duda, es el ejercicio de libertad y generosidad más grande que el día a día nos brinda en forma de necesidad vital.
Me siento muy afortunada de poder conjugar mis dos pasiones (cocinar y viajar) y hacerlas parte de mis necesidades vitales. Disfruto conociendo nuevas culturas, costumbres y recetas. Creo firmemente que viajar te hace libre y consciente de la infinidad de maneras (todas válidas) de cocinar y de vivir el momento único de sentarse alrededor de una mesa a compartir todo aquello que cada uno esté dispuesto a compartir.

En un mundo donde cada vez cuesta más mostrarse y sentir yo pretendo ser la rebelde que he sido siempre y promover más que nunca las buenas acciones, el amor hacia todos, el compartir y el respetar la libertad de cada uno. Propongo un día a día con más gestos bonitos, más sonrisas y menos de lo que no suma. Propongo dejarles a nuestros hijos un mundo más cuidado y con más luz. Una herencia que valga la pena heredar y unos valores de los que sentirse orgullosos.
Y, evidentemente, propongo disfrutar del poder que tiene la cocina para generar situaciones mágicas alrededor de la mesa. De cualquier mesa, en cualquier lugar. Estando y siendo pero, sobre todo, sintiendo.
Atentamente; una loca soñadora que utiliza la cocina como canal de comunicación directo al corazón.